No hace mucho que el presidente del Grupo Planeta, José Crehuelas, pedía el despliegue de un plan de librerías con el que poner fin uno de los principales quebraderos de cabeza de los editores: salvar este modelo de negocio que asegura un trato directo y personal con el lector. Son muchos los problemas que se deben tratar a la hora de redactar este proyecto. Pero mientras los poderes públicos se ponen de acuerdo para pincelar esta hoja de ruta, los mismos actores de este mercado deben preguntarse qué pueden hacer al respecto.
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta el modelo de negocio en librerías es el “libro agotado”. La situación es la siguiente, el cliente llega a uno de estos establecimientos, solicita un ejemplar y el encargado le indica que no se encuentra entre la oferta disponible en el local. De hecho, el 25% de las solicitudes terminan con una negativa por parte del librero. Sin embargo, pedir un stock demasiado grande puede terminar en la devolución de un gran volumen de ejemplares no vendidos.
Unificar las demandas de dos eslabones
La cadena de distribución desde que un libro se publica hasta que llega a las manos del lector compone una larga cadena de la que forman parte distintos eslabones. A priori puede parecer que cada uno de ellos tiene distintas demandas, sin embargo unificar estos deseos es posible ya que lo que es bueno para unos termina siendo ventajoso para otros.
En este sentido la impresión bajo demanda puede presentarse como una solución para editores, librerías y lectores. Por un lado los primeros consiguen que no haya stock devuelto y que cada ejemplar que se publique termine generando ingresos. El segundo eslabón puede ampliar su catálogo sin realizar una gran inversión, ampliando la oferta a sus clientes y accediendo a un modelo de producción optimizada que asegura que el consumidor pueda satisfacer sus necesidades en un plazo máximo de 72 horas, gracias a servicios como los que se ofrecen en Podiprint.
Un método sencillo que se inicia con la petición del ejemplar no disponible en tienda. A partir de aquí, el responsable del punto de venta accede al catálogo de Trevenque y solicita la obra en cuestión. El siguiente eslabón comunica la orden a los responsables de esta oferta, quienes imprimen este requerimiento y lo envían asegurando que las unidades demandadas estén en destino en 72 horas.
De esta forma las librerías ganan un catálogo mayor que ofertar a sus clientes, éstos ven satisfechas sus necesidades y se refuerzan ambos eslabones de la cadena. Un hecho que al final repercute de forma positiva en todo el circuito que compone el mercado editorial.
El punto de venta más importante
¿Qué duda cabe de la importancia que tienen las librerías para el sector del libro? Estos locales conforman los puntos de venta más usados por los clientes y son los más repartidos por todo el territorio español. Así de claro queda en los datos que ofrece el Ministerio de Cultura en la última actualización del Observatorio de la Lectura y el Libro.
Según los números que aporta el citado ministerio de los 7.016 puntos de venta en España, 3.967 son librerías. Establecimientos que son utilizados por gran parte de los ciudadanos de este país ya que el 62,5% de los mismos confirma que adquieren sus ejemplares en estos locales.
Un negocio que se resume en unos números muy importantes para el sector ya que las librerías ingresaron durante el pasado 2017 un total de 813,7 millones de euros. Un sector que, como ya hemos dicho, compone uno de los eslabones más importantes en la cadena del mercado.
¿Te ha gustado nuestra propuesta para salvar el negocio de las librerías?
[yasr_visitor_votes size=»medium»]