La importancia de la corrección de estilo en el proceso editorial

corrección de estilo

La corrección de estilo es una de las fases clave dentro de un proceso editorial de calidad para garantizar un libro de contenido atractivo en cuanto a sus textos. Tradicionalmente, se realiza por un corrector profesional sobre el original, antes de la maquetación y se ocupa de aspectos como eliminar imprecisiones de vocabulario, aumentar la riqueza léxica y evitar algunos vicios en la expresión del escritor.

Según la agencia literaria Letras Propias, la corrección de estilo actúa sobre los planos sintáctico, gramatical y expresivo. El fin de la corrección de estilo es «pulir el texto y optimizar sus recursos».

Esta corrección no aborda errores gramaticales, que llegarán más tarde en la corrección ortotipográfica, sino factores de estilo como los siguientes:

  • Pleonasmos: expresión con términos redundantes. Por ejemplo: sube arriba.
  • Aliteraciones: reiteración o repetición de sonidos, algo habitual en poesía, pero que resulta extraño en prosa.
  • Fallos de concordancia: elementos de una oración que no coinciden en género y número cuando deberían hacerlo.
  • Ambigüedades: términos o expresiones que no se entienden correctamente o que invitan a pensar algo diferente.
  • Incorrecto uso de tiempos verbales.
  • Uso de dichos, muletillas y arcaísmos. Hacen la lectura pesada y suenan a tópico.

Son algunos de los aspectos a revisar derivados de la escritura de la obra con el fin de resaltar la redacción y ofrecer un lenguaje más limpio y correcto. En muchos casos, muchos de estos errores pasarían desapercibidos en un discurso oral, pero en la palabra escrita hay que ser mucho más preciso.

¿Es obligatoria la corrección de estilo?

«Una corrección de estilo siempre es recomendable y una corrección ortotipográfica es imprescindible», señala Mariana Eguaras, autora de Publicar con calidad editorial. Según ella, el corrector de estilo también debe elaborar índices y revisar la bibliografía para unificar sus criterios.

Para sacar al mercado un producto editorial no es obligatorio someterlo a una corrección de estilo, pero como hemos visto, sí es recomendable.

Este paso está empezando a ser obviado por algunas pequeñas editoriales y sobre todo, en la autoedición. Además, siempre hay que tener en cuenta que un corrector no cambia la forma de escribir del autor.

La lectura que realiza el corrector de estilo y posteriormente el corrector ortotipográfico, debe ser complementaria a las que realice el editor, implica a una persona más en la revisión de la obra con el objetivo de que el resultado final sea más limpio.

Ideas vs ortografía

Según Cálamo y Cran, el corrector de estilo debe centrarse en las ideas y no en las cuestiones tipográficas. Puede realizar cambios de vocabulario, construcciones y estructura.

Además de los errores a solventar ya mencionados, el corrector de estilo se introduce en la estructura del texto para que se sostenga, comprobando que el lector dispone de lo necesario para comprender el argumento.

Asimismo, el corrector de estilo debe sintetizar para eliminar lo innecesario y unificar estilos, todo ello para ayudar al autor, nunca debe convertirse en su enemigo, sino que su acción debe ser justificada y razonada, nada de meter la tijera por meterla.

Signos de corrección

El corrector debe utilizar sobre el documento signos de corrección, existen signos por convención que hacen que cualquier profesional de la editorial los pueda interpretar, ya sea el editor o el maquetador. De hecho, en España existe una norma sobre signos de corrección de imprenta, la UNE 54051:2016.

La herramienta principal con la que cuenta el corrector de estilo es la lectura del texto, tan importante en tantas fases del proceso editorial. Pero además de la lectura, el bolígrafo o lápiz, los signos de corrección y, por supuesto, todo su saber sobre estilo literario.

Y en tu empresa editorial ¿existe la figura del corrector de estilo? ¿qué experiencias tienes en este sentido?

Juan Carlos Pellegrini Besga
Juan Carlos Pellegrini Besga

Juan Carlos Pellegrini es Director Comercial de Podiprint desde el año 2014. Acumula dos décadas de experiencia en la gestión de la producción y distribución de catálogos editoriales. Ha liderado proyectos en España y México, lo que permite conocer de primera mano las necesidades de aquellos editores que ven el mercado como una oportunidad global.

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