Empieza 2016. Es momento de hacer balance del año anterior, ver datos, obtener conclusiones y ver qué pasos dar para llenar huecos que en 2015 no se han podido cubrir. Y nuestro sector editorial está cambiando. Activo por salir de unos años de crisis, tecnología, mentes creativas y nuevos hábitos conviven para reflotar la industria del libro.

Con un 2016 recién empezado, la Federación del Gremio de Editores de España ha previsto que 2015 cierre con un crecimiento del 2% de las ventas de libros y además de la producción, según los datos arrojados por la propia FGEE.

A esperas de los datos tras las compras navideñas, las cifras muestran cifras más optimistas que en año anteriores, aunque no son suficientes para la recuperación del sector editorial. Quizá estos números sigan mejorando puesto que un estudio estadounidense afirma que los libros crean un entorno más favorable a la adquisición del lenguaje en niños, a diferencia de los juguetes electrónicos.

En cualquier caso, todavía la situación es alarmante en cuanto al índice de lectura. Preocupa que la lectura no sea un hábito entre los españoles y es lógico. Un 35% de los españoles afirma no leer nunca según el último Barómetro del Centro de Investigación Sociológica (CIS). Así que los esfuerzos deben centrarse también en promocionar la lectura y conseguir que sea una rutina en la vida de los españoles.

En cuanto a la publicación de libros, se espera que 2015 supere los 68.246 ejemplares que nacieron en 2014. Y teniendo en cuenta que aún falta diciembre por contabilizar, el cierre de año se prevé positivo.
En definitiva y con cifras más elevadas si se comparan los datos de hace cinco años, parece haber cambios en un sector editorial sumergido en una crisis. Independientemente de la venta de libros electrónicos o en papel, las cifras de venta comienzan a subir.

Quizás las cada vez más posibilidades para producir libros y ahorrar costes gracias a la impresión bajo demanda ya están empezando a marcar la diferencia y el crecimiento se extienda durante los próximos años.

Otro importante reto en el sector editorial es competir con otras ofertas de ocio y conseguir que los libros sean otra alternativa para que los españoles inviertan sus horas libres.

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