La labor de la librería es una de las más importantes en la industria editorial. Hay que recordar que más que un punto de venta, estos establecimientos se convierten en verdaderos dinamizadores de la cultura. Por ello las habilidades del librero van más allá de unas dotes comerciales. En los últimos tiempos estas destrezas también se relacionan con el manejo de sistemas informáticos, tanto para realizar transacciones en línea, como para labores de administración y gestión.
¿En qué ha cambiado este oficio? Son varias las habilidades que definen a un buen librero, tanto a nivel de hard como de soft skills. Pero desde luego que dominar todas y cada una de ellas es lo que marcará la diferencia en el día a día dentro de estos negocios tan conocidos y tan necesarios.
Habilidades del buen libreroHard skills del librero
Se enmarcan dentro de este terreno todas aquellas habilidades tangibles y que podrían traducirse en procesos de formación. Es decir, enseñanzas técnicas que permiten el aprendizaje de determinados procesos. ¿Cuáles son las hard skills del buen librero?:
- En cualquier negocio, entender de números es importante. El día a día de una librería exige tener las cuentas al día, por lo que una formación en administración y gestión nunca viene mal. De esta forma, los números estarán al día y se podrán tomar decisiones más acertadas en lo que a la marcha de este punto de venta se refiere.
- Gestión de software. Las nuevas tecnologías han traído multitud de herramientas que ayudan cualquier trabajo. En el caso de las librerías, los software de gestión de catálogo permiten saber qué ejemplares se tienen, o cómo acceder a otros que no se encuentran en el almacén (como por ejemplo un catálogo de distribución bajo demanda.
- Manejo de redes sociales. No es necesario llegar al nivel de un community manager, sin embargo el buen librero debe conocer el lenguaje en redes sociales para poder anunciar sus eventos, tener un punto de encuentro con sus lectores, elaborar acciones de promoción, etc.
Soft skills del librero
Por otro lado, encontramos las soft skills. Estamos hablando de habilidades del librero que se enmarcan dentro de sus capacidades como persona, y que se alejan de la faceta puramente técnica. Si bien las anteriores son imprescindibles, son estas las que pueden marcar la diferencia, en especial a la hora de fidelizar lectores.
- Habilidades comunicativas. Un buen librero saber hablar con el lector para saber qué necesita este, al menos para entenderlo y esto no solo cuando se pregunta por un título en concreto. También hablamos de esas sugerencias inesperadas y que terminan por cambiar la vida de quien se deja aconsejar.
- Trabajo en equipo. No solo dentro de la propia librería, hay que saber interactuar con todos los miembros de la cadena del libro. Entender la importancia de esta sinergia es un paso fundamental a la hora de mejorar todas las acciones desarrolladas de cara al último eslabón y protagonista fundamental, el lector.
- Empatía. Ya lo dijimos antes, el librero es mucho más que un comercial que vende libros. Se trata de una persona que entiende qué necesitan sus lectores y es capaz de conectar con ellos. Esto pasa por aspectos tan sencillos como dar los buenos días a aquel que cruce la puerta, hasta tener un criterio propio (lo cual no implica ser un catedrático en literatura, sino hacer ver el bagaje que se posee y lo mucho que se conoce al público).
